El tiempo de llorar está llegando, palpo el dolor, la pena, el miedo. Lo siento en el corazón, ojos y pecho. Puedo gustar del agua subiendo acumulándose, esparciéndose. Parece que mi sangre se hace agua que quiere desbordar, inundar, convertirse en lluvia de invierno. Siento que huelo a humedad, que pueden notarlo todos. Me esfuerzo por ocultarlo pero debilidad; me grita todo. Y vuelvo a cometer el mismo error. Llego a mi refugio interior, y pongo fuego para secar todo. Ahí todo se me empaña gotas de vapor corren por mi cuerpo y al no poder ver nada claro, huyo, y en mi soledad; lloro
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